Las líneas de mis manos siempre estuvieron ocupadas antes de llegar a Salaverry pero mi cuerpo siempre sintió las vibraciones de tus pantalones y mis lagos se hacían cada día más fuertes y caudalosos, te extraño.. si te extraño.
Mis niñas crecían al momento de tu abrazo tal vez mis caderas buenas como tú las calificaste podrían llegar a extrañarte mis huesos frágiles tal vez piensen en ti y mis dedos preguntaran por tu nariz.
Me gustaría bañarme en tus barbas, verte cocinar una vez más pollo saltado y mirar por tu balcón
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